El "Ferroviador" Azul: Viaje a Centroamérica IV

Continuación

Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México

Miércoles 5: Le toca a San Vicente. La estación funciona como terminal de colectivos, por lo que se le mantiene el baño funcionando (o por lo menos habilitaron uno). Por lo demás está en el mismo estado de abandono y vaciamiento ya visto.

Le sigue Cojutepeque, capital de Cuscatlán, cuya estación ha sido arrasada, quedando solamente el basamento. La policía armó un chaperío encima, a modo de habitáculo, y usa el terreno para acumular vehículos. De allí continúo a San Salvador, donde debo bajar en la Terminal de Oriente, ubicada frente a la estación. Ya estoy enterado por internet de que hay un servicio de pasajeros por la mañana tempranísimo y otro a la tarde; éste no puedo tomarlo hoy porque 17.15 sale el último colectivo a San Miguel. La estación se puede visitar y fotear, ¡incluso me invitan a hacerlo también dentro de la sala de espera! (no se parece a la Argentina) Los coches son tipo “Far West” (como los llamo yo), como los que salían de Puente Alsina. El que resultó ser el maquinista me indica cómo llegar al Tica Bus, ubicado donde hay un hotel económico. Allí reservo pieza para mañana y me vuelvo a San Miguel.

En la sala de espera había una foto de una “Estación de Occidente”, que me dijeron que era aquélla donde estaba en ese momento, y que no había otra. Me quedé con ese dato, pero ¿por qué se llamaría así y no “San Salvador”? Posteriormente, luego de las vacaciones, encontré en internet que FENADESAL (FFCC Nacionales de El Salvador) se formó con dos empresas: FC de El Salvador y FC Nacional de El Salvador (FENASAL); incluso en la ciudad de Santa Ana hay dos estaciones, una de cada ferrocarril. De modo que me perdí de averiguar sobre la supuesta “Estación de Oriente” –y todavía no lo hice por internet.

San Vicente (El Salvador) - 5 de enero de 2011

Jueves 6: Ya instalado en San Salvador voy a recorrerla, y a la tarde me dirijo a tomar el tren, que realiza un corto recorrido hasta la localidad de Apopa, 13 km al norte. 16.20 prenden la locomotora; suben policías (en El Salvador todos los comercios están provistos de guardianes con armas largas). 16.30 bocinea y sale, en reversa. ¡Un depósito de locomotoras! Entonces caigo en la cuenta de lo que me dijo ayer el maquinista, que había material rodante “del otro lado”. No debo haber hecho mayor caso por estar apuradeli, por la hora para conseguir hotel y volver a San Miguel. Hace cambio de vía y sale recto, pasando por el otro lado del depósito. Parece que había que sacar boleto, pero igual el guarda vende, uno para la ida y otro para la vuelta, u$s 0,10 cada uno. Para en cualquier lugar que suba o baje gente (o eso me parece; hay una sola parada oficial, Ciudad Delgado, pero no tiene instalaciones ferroviarias, me figuro, ya que no la identifico ni la anuncian). No se ve casi nada a causa el enrejado de la ventana. 17.23 Apopa. No hay estación sino un refugio algo grande. La locomotora cambia de lado, llevando cisternas. Voy por el otro lado del tren. ¡Las cisternas vuelven solas! Llego al otro extremo para fotear el otro lado de locomotora. Bocinea y me apuro a subir. 17.29 sale (la salida/llegada oficial es 17.10/17.20).

San Salvador (El Salvador) - 6 de enero de 2011

Apopa (El Salvador) - 6 de enero de 2011

Izq.) San Salvador. Der.) Apopa (El Salvador) - 6 de enero de 2011

Viernes 7: Tomo un micro a Sonsonate, en el oeste del país. Agarro la calle buscando el centro, para de ahí guiarme con el plano a la estación, pero sorpresivamente ¡¡llego al cruce de la estación!! El mismo está cerrado por una alambrada; dentro veo una diesel igual a la conocida ayer (la que vi en internet era distinta, o por lo menos era diferente el color), el cartel “venta de boletos” en un módulo, el edificio arrumbado, un edículo con un perro, un hombre caminando por ahí en el terreno. Hago unos rodeos, sin hallar acceso; hay vaporeras (aquí están o estaban ubicados los Talleres). Me meto entre los puestitos del cruce y foteo desde la alambrada. Regreso a la terminal y me tomo uno a Acajutla, por ser punta de riel en la costa. Me indican dónde estuvo la estación, ahora hay viviendas precarias en su lugar, unos rieles se asoman de la tierra.

Después de retozar en el mar me tomo algo a Santa Ana. Es todo un trecho, y ya no me quedará tiempo para agregar Ahuachapán, la última meta en este país. No logro guiarme con el plano y tengo que ir preguntando para llegar a una de las estaciones. Pasando una alambrada entro en un campito que era zona de vía, y llego a la arrasada estación. Se mantiene en pie un galpón porque está reciclado, pero del edificio de pasajeros sólo queda “el paraguas”, como me dice un viejo ferroviario con el que converso (ese techado curvado hacia arriba, que ahí no noto si era de un andén secundario o la marquesina del desaparecido edificio). Se trata del ramal o sección de Ahuachapán a la frontera guatemalteca, donde se continuaba en el ferrocarril de ese país; era como si la vía procediera desde Guatemala y en cierto punto se abriera en dos ramales, uno a Ahuachapán y otro a San Salvador.

El hombre me dice que la otra estación tampoco existe, han hecho viviendas, y aquí en un mes harán lo mismo. Por eso no me apuro ya, recorro el centro, compro algunos souvenires y, como todavía hay luz diurna, me encamino a la otra estación. ¡Todavía está en pie! Es de madera, se puede pasar ante la fachada (confirmo con una vecina que se trata de la ex estación, pues me genera dudas), pero del otro lado se hizo villerío y no me animo a pasar.

No me queda más que volver a San Salvador.

Continuará

Gabriel Ferreyra

El "Ferroviador" Azul

El "Ferroviador" Azul

miércoles, 7 de octubre de 2020

Viaje a Centroamérica IV

No hay comentarios:

Publicar un comentario